Un equipo de verdad
Me gusta el baloncesto desde siempre, lo he practicado y me parece uno de los deportes más completos y vistosos.
Soy del Madrid. Eso es genético. Y he disfrutado mucho con mi equipo.
Pero debo decir que he visto muchas veces al Estudiantes en la cancha de Vista Alegre no precisamente porque animara al eterno rival de los derbis.
No, para mi lo mejor era ver la energía que transmitía Pepu.
Era un autentico espectáculo verlo. Sentía el juego hasta la médula.
Y el acierto fue que dirigiera a nuestro conjunto nacional (me estoy refiriendo al español…); diana a la primera.
Porque la selección que se ha traído la medalla de oro de Japón tiene unos jugadores estupendos. Todos ellos destacan en sus equipos.
Pero lo mismo pasa con los del fútbol y no nos comemos una rosca. Es que hay algo más.
¿Vosotros os habéis fijado en Pepu y lo habéis comparado con Luis Aragonés (que no se por qué coño le siguen llamando el sabio de Hortaleza si es más borrico que un arado…).
Menuda diferencia. No dudo que los dos saben táctica y técnica de sus respectivos deportes.
Pero Pepu ha logrado algo mas: ha creado un autentico grupo. Un grupo que siente lo que es ponerse la camiseta de la selección, que lo vive y lo siente. Que se apoyan, se divierten y comparten.
Ahí Pepu ha sido la piedra angular.
Se me ha quedado grabada hoy la imagen suya cuando sonaba el himno tras la entrega de medallas.
La emoción contenida de un hombre que ha logrado el triunfo para España y que, ya campeón del mundo, con la mano en el corazón y las lágrimas en los ojos tras el bocinazo final, aunaba el sentimiento de la victoria con el dolor por la muerte de su padre poco antes.
Un fallecimiento que mantuvo en secreto a sus jugadores para dirigirlos en su primera competición como seleccionador al título mundial.
Eso es un hombre, eso es un profesional, eso es un español.
Mi enhorabuena y mi pésame, Pepu.