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jueves, febrero 11, 2010

Perra vida...



Le regalé por Navidades un perrito a mi mujer. Llevaba mucho tiempo pidiéndolo.
A mi siempre me han gustado los perros pero no para tenerlos en un piso. Pero una tarde vimos la película de Richard Gere,"Hasta siempre, Hachiko" basada en un hecho real y nos emocionó tanto que salimos a "ver" cachorros"
Volvimos con un bichón maltés y desde el primer momento formó parte de la familia.
He aprendido mucho de él, la nobleza y el cariño desinteresado, la capacidad de transmitir alegría y energía cuando uno llega cansado a casa del trabajo...
Me ha hecho pensar mucho sobre la bajeza de la condición humana, tan egoista e interesada.
Por eso, cuando me he topado con el artículo que transcribo a continuación, me he emocionado.
Creo que os gustará y os hará reflexionar sobre la "bondad" del ser humano.
Saludos...


Diario de un Perro

Semana 1:
Hoy cumplí una semana de nacido. ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!.

Mes 01:
Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

Mes 02:
Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós. Esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella lo había hecho.

Mes 04:
He crecido rápido; todo me llama la atención.. Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanos". Somos muy inquietos, ellos me tiran de la cola y yo les muerdo jugando.

Mes 05:
Hoy me retaron. Mi ama se molestó porque me hice "pipí" dentro de casa; pero nunca me habían dicho dónde debo hacerlo. Además duermo en el dormitorio de ella... ¡y ya no me aguantaba!.

Mes 06:
Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me dan comida. El patio es solo para mí, y me entretengo escarbando como mis antepasados. Nunca me educan. Estará bien todo lo que hago?

Mes 12:
Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.

Mes 13:
Qué mal me sentí hoy. "Mi hermanito" me quitó la pelota. Yo nunca tomo sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron al sol, y estaba casi sin poderme mover. Dicen que me van a tener en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

Mes 15:
Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me cubra.

Mes 16:
Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi cola parecía que se iba a desprender. Además, me van a llevar con ellos de paseo. Nos dirigimos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. "¡Oigan, esperen!" Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del automóvil con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.

Mes 17:
He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero solo dicen "pobre perrito", debe estar perdido.

Mes 18:
El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis "hermanitos". Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras "a ver quien tenia mejor puntería". Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.

Mes 19:
Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

Mes 20:
Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los automóviles, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado "cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a ladera del camino.

Mes 21:
Llevo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: "No te acerques" Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. "Pobre perrito, mira como te han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir." A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole que me ayudara a descansar. Solo sentí el pinchazo de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería.