-Papá, yo cuando crezca no quiero ir a la guerra.
Me habeis tenido porque me deseabais y queriais lo mejor para mi cuando lo decidisteis.
No creo que quisierais que yo matara o muriera en la guerra cuando me encargasteis.
-No, tu jamás irás a la guerra.
Has nacido en España, un país amante de la paz que anhela la Alianza de civilizaciones, la paz social, el reparto entre todos de la riqueza, la armonía...
Tú, como mucho, iras a alguna de las misiones de paz que decrete el gobierno para salvaguardar la democracia y el orden internacional. No como hacía el bigotes...
-Papá, ¿que es bigote?
-Ya te lo explicaré cuando cumplas los 15 años, hijo mío.
Pero por lo de la guerra, tu tranquilo, serás un adalid de la defensa de la paz mundial, el Estatut de los collons, el sondeo en el país vasco, la igualdad entre ecuatorianos, chinos y magrebíes y el dominio del inglés en las reuniones de la ONU.
-Joder papi, pero si voy a todas esas cosas y me cascan una mina debajo de un BMR sin inhibidor de frecuencias y la palmo en defensa de todo eso que me cuentas, ¿Que pasará?
_Nada mi niño, tu tranquilo, el gobierno te repatriará en un vuelo nocturno para que los solares rayos no te inquieten y descanses en paz en tu tierra y te darán una medalla del color que diga el hombre del tiempo.
-¡¡Joder!!Pues casi que te pido, por la gloria de mi madre, que me nacionalices esquimal....!
