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miércoles, enero 04, 2012

Cumpliendo promesas...

El PP prometió no subir impuestos y mil cosas más.
En el vídeo se puede observar como Mariano Rajoy premia a uno de sus votantes.
Real como la vida (que nos espera) misma...

Yo lo voto...


Para empezar, feliz año negro, que es como viene 2012.
Dejo aquí unas reflexiones encontradas en un comentario en Libertad Digital que me han gustado y suscribo sobre la ley Sinde.
Dicen así:


Soy Productor Audiovisual y debo manifestar que la actual Ley de la Propiedad Intelectual (denominada Príncipe) es un auténtico despropósito en el siglo XXI.


Por si alguien no los sabe y resumiendo, diremos que hay dos tipos de Derechos, en relación con la Propiedad Intelectual:


1º. Los morales. Una obra de un autor deberá ser reconocida siempre como suya de forma indefinida en el tiempo. Por ejemplo: una obra de Mozart, siempre deberá ser reconocida como obra de Mozart. Lógico.


2º. Los económicos o patrimoniales. Aquí resulta que los Derechos de un autor se extienden durante toda su vida y, además, ¡70 AÑOS después de muerto!


Este segundo punto es una auténtica aberración en la era digital.
Se nos llena la boca de términos como "justicia social". Pero:
¿Es justo que los hijos y los nietos cobren y vivan a expensas de lo que hizo su padre o su abuelo?
¿Es justo que se mantenga a estas castas de privilegiados sin hacer nada y sin más mérito que ser hijo o nieto de alguien en particular?
¿No debería cada ser humano ganar el pan con el sudor de su propia frente?


Si una patente (como bien se ha dicho, por ejemplo, la aspirina) tiene una caducidad de 20 años y después pasa a dominio público, ¿por qué una canción o un libro deben durar incluso más de un siglo desde que la obra se hizo pública?


Abogo por un cambio radical en este punto.
Los Derechos económicos de una obra deberían extenderse durante un plazo no superior a 25 años desde su publicación. Es tiempo suficiente para su amortización.
Y, por supuesto, deberían suprimirse YA los denominados Derechos Afines, que son aquellos a los que se han apuntado intérpretes y demás profesionales que participan en la creación de una obra.
Por si no se han enterado, el Productor YA LES PAGA POR SU TRABAJO. ¿Qué más quieren? ¿Vivir eternamente del cuento?


Ojalá entre todos pudiéramos presionar en la UE para cambiar esta burrada, este anacronismo digital y esta injusticia social que lo único que hace es crear una casta parasitaria de privilegiados hijos de papá.


Demóstenes, desde la Costa Dorada.
 Razón no le falta...
CODA:
Leánse este bonito manual.
Y lo difundan.
www.diagonalperiodico.net/IMG/pdf/manual_desobediencia.pdf






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