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viernes, marzo 09, 2007

Asco


"Para los violentos, para los fascistas, para los cortos de ideas, para los largos de lengua, para los de bigote, para los de las guerras, para los de las torturas en Guantánamo, para los que no encontraron las armas de destrucción masiva, para los que no sabían ni que existían, para los que nos mintieron entonces, para los que nos mienten ahora".
"Para los amigos del ex presidente del Gobierno, para los amigos del ex ministro del Interior, para los amigos de Bush, para los que si pierden unas elecciones se enfadan, para los que se enfadan aunque no pierdan las elecciones, para los que bendicen los bombardeos, para los que ladran cuando hablan, para los que hablan cuando rebuznan".
"Para los que se tambalean cuando no están en el poder, para los que necesitan estar en el poder para no tambalearse, para todos los que justifican todo con el terrorismo, para todos los que ahora todo lo justifica el terrorismo, para los que me insultan, para los que me injurian, para los que me calumnian, para los que amenazan, para todos ellos, y en mí nombre, mí desprecio más despreciable".

Este texto lo ha leido Pilar Manjón en un acto del llamado cine español, sí, el de los titriteros progres que solo ladran cuando les interesa.
La madre de un joven que perdió la vida en la masacre del 11-M debería dar pena.
Esta, da asco.

¡ Todos a la calle !

Mañana tenemos que demostrar que somos un pueblo con sentido de tal.
Y que no no dejamos chulear.
Y que amamos la libertad.
Y que no nos van a doblegar ni las pistolas de unos ni las bajadas de pantalones de otros.
Por encima de partidos, de políticas y de intereses particulares, demostremos que tenemos sangre española.
Y que la que se ha vertido a manos del terror no va a quedar impune.
¡Por mucho que lo intente el traidor!

¿Qué dirían...?

La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero.


Y si el porquero miente, habrá que publicarla a los cuatro vientos...

Los etarras a los que hace referencia el documento del PSOE son los
siguientes:

ESTEBAN ESTEBAN NIETO. Dice el PSOE que fue condenado a 3.150 años de
cárcel por 21 asesinatos, que cumplió 12 años de condena, ingresó en
prisión en 1987 y fue excarcelado en abril de 1999. No recuerda el PSOE
que a Esteban Nieto se le diagnosticó en marzo, un mes antes, un cáncer
de hígado con metástasis en pulmón y páncreas. Murió en septiembre de ese
mismo año. Poco más hubiera estado en la cárcel.

MIGUEL SARASQUETA ZUBIARREMENTERIA. Dice el PSOE que fue condenado a 90 años de prisión aunque acumula una condena posterior por figurar en Gestoras Pro Amnistía. Ingresó en prisión en 1978 con una condena de 48 años y fue excarcelado en 1998 por el asesinato de tres policías. La excarcelación se debió a un derrame cerebral del que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

SANTIAGO DÍEZ URIARTE. Su condena era a 46 años por intentar asesinar a un policía. No tiene delito de sangre. Sólo cumplió cinco años de prisión según el PSOE, pero como mucho podría haber cumplido otros siete meses ya que falleció en ese plazo a causa de un tumor.

MANUEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ. Sin delito de sangre. Estaba sometido desde
finales de los ochenta a tratamiento psiquiátrico y los médicos ordenaron en varias ocasiones durante los gobiernos del PSOE su traslado a un hospital de Vitoria para someterse a exámenes.

JULIÁN LÓPEZ ROJAS. Agredió junto a un grupo de radicales al ertzaina
Ander Susaeta Zabala. Fue condenado a cinco años de cárcel. Salió de prisión el 27 de abril de 1997 cuando había cumplido tres años y nueve meses por un proceso tumoral. Murió el 27 de octubre de 1997, seis meses después de la excarcelación.

PEDRO MARÍA GUINEA GORRITI. En octubre de 1990 lo condenan a seis años de
prisión por colaboración con banda armada. Según la sentencia, Guinea
propuso a los etarras Juan Francisco Gómez Pérez y Felipe González Baños
que ingresaran en ETA e informasen sobre miembros de las fuerzas de Orden
Público. Tenía una patología cardiaca y fue ingresado en el hospital de
Cruces (Baracaldo).

PATRICIO GOYENECHE TELLECHEA. Llevaba en prisión desde el 29 de octubre
de 1993. Fue condenado a 27 años de cárcel por colaboración con banda armada. En abril de 1998 se le trasladó a la prisión de Oca (Álava) por "razones sanitarias". Fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias informaron de que este traslado se llevaba a cabo por razones médicas y no obedecía a la política penitenciaria de acercamiento individualizados de presos etarras a cárceles del País Vasco. En octubre de 1998 se le concede el tercer grado al padecer una patología
psiquiátrica y se dice que cumplirá condena en el 2002.

JOSEBA KOLDOBICA BEGOÑA IBARRA. Fue condenado a 33 años y nueve meses de cárcel por participar en el asesinato de un guardia civil cometido en 1987. Ingresado en prisión el 4 de diciembre de 1996. En abril de 1999 se le concedió el tercer grado debido a su "evolución positiva". Esta decisión, según explicó Instituciones Penitenciarias, "se ha adoptado tras constatar el rechazo del interno a la actividad violenta y su desvinculación de la banda terrorista". Prisiones añadió entonces que "se está haciendo cargo, por voluntad propia, de la indemnización de la
víctima".

SABINO ALAVA GARCÍA. Condenado en 1986 a 70 años de prisión por un intento de asesinato a tres policías y por un intento de secuestro.
Cumplió 13 años de prisión. En 1999 le conceden el tercer grado por "razón de enfermedad grave". En 1993 fue expulsado de ETA por discrepar de las directrices de la dirección etarra. Condenó duramente el asesinato de Miguel Ángel Blanco y aseguró que "es el momento de dejar la lucha armada".

Y si quieres saber más…

“La lista incompleta de Zapatero”, por Cayetano González

Artículo publicado en El Mundo este miércoles 7 de marzo de 2007

*Cayetano González, columnista habitual de EL MUNDO, fue responsable de

Comunicación del Ministerio del Interior entre 1996 y 2001.

El presidente del Gobierno distribuyó el pasado lunes en la Comisión Ejecutiva del PSOE un documento -no se sabe si elaborado en la factoría de toda la vida, la de Rubalcaba, o en la que más recientemente ha montado en Ferraz 'Pepiño' Blancocon

el que se pretende demostrar que los gobiernos del PP cedieron a ETA porque acercaron a presos de la banda durante el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.

He de confesar que la maquinaria de propaganda del PSOE me tiene un poco confundido. Sea lo que fuere, es evidente que el presidente del Gobierno y el PSOE están muy nerviosos ante la indignación ciudadana que va creciendo, a medida que pasan las horas, por la excarcelación -ése y no otro es el término empleado por el mundo de Batasuna- del sanguinario terrorista José Ignacio de Juana Chaos. Pero el que estén nerviosos o piensen que el castigo electoral puede estar esperándoles a la vuelta de la esquina no les da patente de corso para intentar decir que aquí

todos fueron iguales. Vamos a los hechos:

- El 17 de enero de 1996, un comando de ETA secuestró en el garaje de su domicilio de Burgos al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, al que trasladaron a un zulo construido en una nave industrial a las afueras de Mondragón.

- En esa fecha, el presidente del Gobierno es Felipe González y el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch. Tras este hecho, el Ejecutivo impulsa dos vías de diálogo y negociación con ETA para intentar salvar la vida de Ortega Lara.

La primera, pilotada por la entonces secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, y en la que la persona clave era el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. La segunda vía, dirigida por el entonces director general de Instituciones

Penitenciarias, David Beltrán, exploró con algunos presos de ETA -entre otros,Henri Parot y Jesús María Zabarte, miembros del aparato de interlocución de la banda en las cárceles-, seguramente con buena intención, qué posibilidades había

de que ETA liberara a Ortega Lara a cambio de flexibilizar la política de dispersión.

La banda se mostró implacable.

- El 6 de febrero de 1996, ETA asesinó en San Sebastián al socialista Fernando Múgica Herzog. El Gobierno del PSOE, a pesar de este asesinato y de seguir Ortega Lara secuestrado, mantuvo abiertas las dos vías de negociación con la banda.

- El 14 de febrero de 1996, ETA asesinó en Madrid al ex presidente del Tribunal Constitucional y amigo personal de Felipe González Francisco Tomás y Valiente. El Gobierno del PSOE, a pesar de este asesinato y de seguir Ortega Lara secuestrado,

mantuvo abiertas las dos vías de negociación con la banda.

- El 3 de marzo de 1996, el PP gana las elecciones generales. José María Aznar será el próximo presidente del Gobierno. El ejecutivo del PSOE sigue manteniendo abiertas las dos vías de negociación con ETA.

- El 4 de marzo de 1996, ETA asesinó en Irún al inspector de la Ertzaintza Ramón Doral Trabadelo. El Gobierno del PSOE, ya en funciones, a pesar de este asesinato y de seguir Ortega Lara secuestrado, mantuvo abiertas las dos vías de negociación

con ETA.

- El 25 de abril de 1996, el ministro in pectore de Interior del Gobierno de Aznar, Jaime Mayor Oreja, recibió una invitación de quien entonces ocupaba, en funciones, esa cartera, Juan Alberto Belloch. La cita consistió en un desayuno celebrado en el

comedor privado de la segunda planta del Palacete de Castellana, 5, sede del Ministerio de Interior. Después de los saludos de rigor, Belloch le espetó a Mayor Oreja: «Jaime, te tengo que plantear una cuestión, por encargo directo de Felipe González. Tenemos abiertas dos vías de diálogo con ETA y el presidente os pide el okey para poder continuar con las gestiones iniciadas». Mayor Oreja le contestó que él no era nada partidario de esas vías, pero que, en cualquier caso, hablaría con Aznar y le daría una contestación definitiva en unos días.

- El 26 de abril de 1996, Belloch telefoneó a Mayor Oreja para decirle: «Jaime, Felipe está indignado y me dice que o le dais ya el visto bueno para continuar las gestiones, o que inmediatamente ordena paralizarlas». Lamentando que el todavía presidente se hubiera indignado tanto, Mayor Oreja le confirmó a su interlocutor que el PP no iba a seguir con las vías de diálogo, contactos directos o indirectos a los que fueron tan dados los equipos de Interior de los gobiernos de Felipe González.

- El 5 de mayo de 1996. Aznar tomó posesión como presidente del Gobierno y nombró a Jaime Mayor Oreja ministro de Interior. Las dos vías de negociación fueron cerradas. Ortega Lara seguía secuestrado.

A partir de ahí, Zapatero, Rubalcaba o Pepiño Blanco pueden pensar que los españoles son o muy tontos, o muy desmemoriados, o ambas cosas a la vez, porque pretender ahora hacer creer a la opinión pública -para intentar aliviar la situación en la que se encuentran- que los gobiernos de Aznar, en el secuestro de

Ortega Lara, cuando la tregua trampa de 1998 o en cualquier otro momento de aquellos ocho años cedieron ante ETA parece un ejercicio inútil y condenado al fracaso. En la retina de los españoles está que en aquellos años la lucha contra ETA

fue impecable e implacable. Impecable porque se hizo dentro del Estado de Derecho, sin atajos tipo GAL, e implacable porque estuvo a punto de conseguir la derrota total de la banda. Cuando, en marzo de 2004, Zapatero ganó las elecciones, la banda se encontraba contra las cuerdas y su brazo político, Batasuna,

con el agua al cuello.

El PSOE sabe perfectamente, y si no que se lo pregunten al actual defensor del Pueblo y ex ministro de Justicia, Enrique Múgica, que la política penitenciaria es una política flexible, que permite a los gobiernos tomar decisiones de acercamiento o de

alejamiento de presos en función de muchas variables. Los acercamientos de presos a los que hace referencia el documento distribuido por Zapatero en la Ejecutiva de su partido fueron hechos dentro de esa flexibilidad que permitía la política penitenciaria, nunca buscando el reagrupamiento en cárceles vascas y atendiendo siempre a tratamientos individualizados de los reclusos.

Aquella política penitenciaria puesta en marcha en junio de 1996 le valió enseguida al ministro del Interior una crítica feroz del PNV, que utilizó como ariete de sus ataques a la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco presidida por el

nacionalista José Antonio Rubalkaba. Tampoco se quedaron atrás en la exigencia de una política penitenciaria «mas ambiciosa» ilustres dirigentes del PSOE como Joaquín Almunia o Ramón Jáuregui.

Ortega Lara fue liberado a las 6.00 horas del 1 de julio de 1997, no porque el Gobierno de Aznar hubiera cedido ante ETA, sino gracias a una brillantísima operación de la Guardia Civil. Tras convencerle de que no eran miembros del comando que le había tenido secuestrado 572 días, sino miembros del Instituto

Armado que venían a liberarle, Ortega Lara accedió a ser trasladado para someterse a un chequeo médico al mismo hospital donde ahora está De Juana Chaos. La diferencia es evidente: Ortega Lara llegó al borde de la muerte porque le

privaron de su libertad; De Juana se puso voluntariamente en huelga de hambre, echó un pulso al Gobierno y lo ha ganado. A las 11.00 horas de aquel 1 de julio de 1997, con un hilillo de voz, con la cara demacrada, con un chándal de color fucsia y unas deportivas nuevas que acababan de comprarle, Ortega Lara, sentado junto a su mujer, Domitila, en el tresillo del despacho del jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Intxaurrondo, le dijo a Mayor Oreja, con una gran serenidad, con una gran paz: «Ya sabía que ustedes no podían ni debían ceder al chantaje de mis secuestradores». ¡Qué lección de dignidad y de fortaleza!

Nueve días más tarde de la liberación de Ortega Lara, ETA secuestraba al joven concejal del PP de la localidad vizcaína de Ermua Miguel Angel Blanco y le daba 48 horas al Gobierno para que acercara a todos los presos de ETA al País Vasco, o en

caso contrario le mataría. El Ejecutivo, con el apoyo y la comprensión de todos los españoles, no cedió al chantaje y el cuerpo de Miguel Angel apareció con dos tiros en la cabeza a las 16.00 horas del sábado 12 de julio. Inmediatamente fue llevado

al mismo hospital donde hace una semana De Juana Chaos entró por su propio pie y donde recibe todos los cuidados para recuperarse e irse a su casa porque así lo ha decidido Zapatero. Miguel Angel Blanco llegó en camilla, en coma y con dos tiros

en la nuca y salió del hospital para recibir sepultara en el cementerio de Ermua.

Entonces, el Gobierno de Aznar no cedió al chantaje terrorista.

Zapatero debería tener la honradez intelectual y moral de añadir un anexo, con letras de oro, a la lista que distribuyó en la ejecutiva de su partido. Ese anexo debería contener los nombres de los concejales del PP que fueron asesinados por la

furia que a ETA le produjo la política de firmeza y de no cesión de los gobiernos de Aznar. Por si Rubalcaba o Blanco no son capaces de darle bien los datos al presidente, con mucho gusto le transcribo la lista para ese anexo:

Miguel Angel Blanco Garrido (Ermua, 10/7/97);

José Luis Caso Cortines (Irún,11/12/97);

José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga (Zarautz, 9/1/98); Alberto Jiménez Becerril Barrio (Sevilla, 30/1/98);

Ascensión García Ortiz (Sevilla, 30/1/98);

Tomás Caballero Pastor (Pamplona 6/5/98);

Manuel Francisco Zamarreño Villoria (Rentería, 25/6/98);

Jesús María Pedrosa Urquiza (Durango, 4/6/2000);

José María Martín Carpena (Málaga, 15/7/2000);

Manuel Indiano Azaustre (Zumárraga, 29/8/2000);

José Luís Ruiz Casado (Sant Adría de Besos, 21/9/2000);

Francisco Cano Consuegra (Terrassa, 14/2/2000);

Manuel Jiménez Abad (Zaragoza,6/05/2001), y

José Javier Múgica Astibia (Leitza, 14/7/2001).

Creo que sería de justicia ampliar ese anexo e incluir en él a todas las personas asesinadas por ETA, también a las 25 víctimas de De Juana. Todas ellas fueron alejadas de sus familias por la fuerza, contra su voluntad, mediante el uso de la violencia. Todas, señor Zapatero, dieron su vida por defender nuestra libertad,

nuestra democracia, nuestra convivencia. Se merecen que respetemos su memoria y su dignidad y que se haga justicia con sus asesinos. ¿Acaso es mucho pedir, señor presidente?


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