¡Mamá, pis!

La verdadera cara de los cobardes asesinos la hemos visto con la detención en Francia (¿dónde iba a ser si no?) del nuevo jerifalte de la banda criminal.
Si en vez de un policía francés el que le ha puesto la pistola en la cabeza, llega a ser un guardia civil, ya la tenemos liada.
Hasta Greenpeace la hubiera montado.
Y aunque Arzallus diga que hay que aguantar y que el que no quiera que se tome un valium, el hijo puta este debía andar con la próstata bajo mínimos y se ha desbordado todo.
¡Me meo toa!, creo que gritó al ver en cañón en su sien.
Valiente gudari el chico.
Seguro que le das un mapa y no sabe situar Bilbao.
Incontinencia urinaria.
Lástima que el policía no tuviera Parkinson...
