¿Ha venido? ¡Vino!

Ay, señor Sixto, ¿quién le iba a decir a usted que aquella rapaziña que usted tuvo (bueno, fue su señora, pero algo colaboró usted…), iba a llegar a ser ministra…
Y nada menos que de Sanidad, con lo mal que estaba siempre aquí ese tema y lo bien que anda por Cuba. Que se lo cuenta a usted su compadre Manoliño desde el trullo de Fidel, que majarlo a palos a diario, lo majan, pero que luego llega el médico al presidio y en un quítame allá esas pajas (con perdón), lo dejan como nuevo.
No, si mala estudiante no fue la rapaza pero llegar tan alto…
Y hacerle tanto bien al pueblo y a la economía española con sus audaces propuestas, como la ultima de darle caña al vino.
A usted la idea no le habrá hecho mucha gracia, porque el Ribero, el Albariño y usted mismo son como Los Panchos: trío e inseparables. O como
Claro que, dirá usted que peor fue
Pero que nos toquen el cocido, el pote, el caldo gallego, el lacón con grelos y los mariscos, es jodido pero aguantable.
Pero que nos quiten el vino…¡a los españoles!
Eso es como quitarle al ZP Batasuna. No sabría que hacer.
Menos mal que ya
Se ve que le va la priva. Digolo por las tonterías que dice tras cada consejo de ministros, los viernes…
En fin Sr. Sixto, llame a su filiña, déle un par de azotes y llamela al orden, que se lo merece.
Y si no traga, al menos pídale dispensa para usted mismo.
Le hace falta...