Para gustos, los colores...

Como presuntamente vivimos (¿o sobrevivimos?) en un presunto país presuntamente democrático, la libertad de expresión está presuntamente protegida.Por eso, si algunas tienen sus gustos y les apetece quemar libros, yo tengo los míos y prefiero quemar brujas.Nota: Si son gordas y sebosas proporcionan un poder calórico inigualable pero si pertenecen a cierta especie, el olor al arder es nauseabundo.Vaya lo uno por lo otro.Total, con una pinza de la ropa en la nariz, todos tan calentitos...